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El caso de los mulos de El Rocío

El caso de los mulos de El Rocío

Nuestra socia, Lorena Lozano, fue entrevistada por Intercids acerca de un reciente caso ganado de Derecho Animal. Concretamente, tratando el maltrato a los mulos de El Rocío.

El Rocío es una romería que se recorre a pie, a caballo, en carretas, carros engalanados en coches de caballos o en «charrets». Este camino pasa por el parque nacional de Doñana, tras el cual una inmensa multitud de devotos llegan a las puertas de la ermita, donde los almonteños la noche del domingo al lunes de Pentecostés, realizan lo que popularmente llaman «el salto de la reja». A continuación, los almonteños sacan a la Virgen de El Rocío en procesión y la llevan en hombros por la aldea. El trayecto recorre las distintas hermandades desde donde los sacerdotes le rezan la Salve, acompañados por el pueblo rociero.

En esta romería, los équidos (tanto caballos como mulos) son empleados para realizar la peregrinación y están muy ligados a El Rocío. A esta romería acuden aproximadamente un millón de personas, aunque hay que matizar que este dato es del total de visitantes. Esto implica que también se contabilizan personas que solo hayan ido algunos días de visita y no la semana completa. Para esta semana, había 20.000 équidos disponibles.

Introducción al caso de los mulos de El Rocío

Este caso en particular se produjo en mayo de 2016. Los implicados del caso son dos mulos, un propietario, dos intermediarios y dos clientes. Realmente, estos dos clientes pueden contar como uno ya que eran una pareja de artistas que viajaban juntos. Esta pareja alquiló una carreta con un mulo en El Rocío mediante un contrato verbal. La dinámica habitual que tiene lugar en El Rocío cuando hay personas que quieren alquilar un carro consiste en acudir a la aldea y preguntar a las personas de allí en busca de propietarios que lleven a cabo esta transacción.

Es vital tener en cuenta que los hechos no empiezan en el momento del alquiler, sino mucho antes, dado que estos animales no hacen únicamente una romería y no van con un solo grupo. Más bien, estos équidos son alquilados de romería en romería, generalmente por personas que no cuentan con conocimientos de manejo, alimentación o cuidados mínimos del animal, lo cual desemboca en que las condiciones en las que llega éste sean deplorables.

Como no podía ser de otra manera, los dos mulos implicados en el caso llegaron en un mal estado físico. Cuando la pareja de artistas se dispuso a alquilar uno de estos mulos, se quejaron al propietario argumentando que el mulo que le habían asignado iba muy lento, incluso que estaba “roto”. Es decir, que sus protestas no iban enfocadas al mal estado del animal y heridas, sino de su poco rendimiento. Tras comentar esto, el propietario les ofreció otro mulo que, aunque estaba también en pésimas condiciones, era más joven e iba más rápido, así que les valió a los clientes.

Este último fue empleado durante tres intensos días sin ningún tipo de cuidado veterinario, tapando heridas en carne viva con un trapo, sin quitarle el charret y permitiendo que el animal tuviera las extremidades totalmente hinchadas.

¿Los mulos de El Rocío se pasan todo el año viajando?

Hay que considerar que estos animales son alquilados mediante contratos verbales en transacciones que están fuera de la legalidad y de cualquier tipo de control, por lo que es muy complicado determinar el itinerario del animal. Es decir, es complejo determinar por qué manos ha pasado, cuántos días ha sido utilizado, etc. Sabemos que son utilizados en cualquier festividad en la que intervengan équidos (romerías, ferias medievales, belenes vivientes, entre otros).

¿Quién da la voz de alarma sobre el estado de este segundo animal?

La voz de alarma la da un transeúnte que iba caminando por la aldea de El Rocío. Vio el animal en mal estado, atado en un árbol, con el charret todavía puesto. Ante esta situación, decidió avisar a la Guardia Civil indicando la terrible situación del équido. Tras la llamada, acudió el veterinario a confirmar el estado del animal junto al SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza). Se optó por decomisar provisionalmente al animal con el fin de que pueda ser intervenido.

Posteriormente, el propio SEPRONA inicia las actuaciones judiciales. En El Rocío ha habido desde hace unos años, un proyecto de concienciación a través de una asociación llamada “El refugio del burrito” en colaboración con el SEPRONA para controlar y concienciar a las personas de los maltratos animales. Ante la problemática de qué hacer con los animales cuyo dueño ha sido calificado como maltratador, esta asociación ofrece un sitio para estos animales, su desplazamiento y los cuidados necesarios. Aunque sea solo por las consecuencias legales, en estos últimos años, la gente se va concienciando de la importancia de cuidar a los animales y va disminuyendo el numero de casos de maltrato animal.

Respecto al procedimiento judicial, se solicitó condena por delito de maltrato animal. ¿Cómo fue el proceso?

Como comentábamos anteriormente, estos casos de maltrato animal presentan la complejidad de determinar el itinerario del animal. No obstante, este caso tuvo la particularidad de que se pudieron identificar a los implicados con relativa facilidad. Se identificó al propietario, a los dos intermediarios y los dos clientes sobre los cuales recaía la responsabilidad del bienestar del animal.

El argumentario presentado por los clientes se basaba en su desconocimiento sobre los mulos de El Rocío. No obstante, la parte demandante representada por Lorena Lozano, evidenció las heridas más que notorias del animal y la intencionalidad maliciosa de los clientes al tapar heridas con un trapo. En lo que respecta a los intermediarios y al propietario, la responsabilidad era más que obvia dado que había declarantes, informes periciales que acreditaban el tremendo desgaste al que habían sido sometidos los mulos previamente al alquiler de esta pareja de artistas.  Se había demostrado con informes periciales que los animales traían ya de romerías previas heridas cutáneas y lesiones crónicas de meses antes por ser alquilados permanente por otras personas.

Resolución del caso de los mulos de El Rocío

A la hora de dictar sentencia, se les condenó a todos a seis meses de prisión, inhabilitaciones especiales, siendo la más importante en estos casos, la inhabilitación especial para la tenencia de animales y el ejercicio de profesión, oficio o comercio, la cual se aplicó a todos los implicados por un periodo de 3 años. Por último, todos los implicados fueron condenados al pago de la responsabilidad civil (gastos derivados de su delito: gastos de alimentación, curación, etc.), gastos de las costas y comiso definitivo de los animales.

El propietario y uno de los intermediarios apelaron esta sentencia, pero sin ningún éxito dado que la responsabilidad era total por su parte. El propietario no cumplió con su responsabilidad de cuidados mínimos y seguimiento del estado de animal.

Al final de la entrevista, Lorena recuerda que hay un gran desconocimiento de gran parte de lo que sucede con los équidos en este tipo de eventos: “Queremos hacer cómo que esto no existe dado que son eventos festivos y no queremos pensar en que hay animales sufriendo”. Lorena quería demostrar el «mercadeo» que hay con los mulos de El Rocío y que está fuera del control de las autoridades.

Finalmente, la Audiencia Provincial ratificó la sentencia y los animales fueron rescatados por el Refugio del Burrito, donde se le prestó la atención veterinaria necesaria para que puedan recuperar el mejor estado de salud posible.

Lorena concluye que “gracias a estas intervenciones o debido al miedo infundido por las consecuencias legales de estas acciones, la sociedad cada vez es más consciente del Derecho Animal. No obstante, hay que implementar más medidas de control en las transacciones e incluirlas en el marco legal.”

Para escuchar la entrevista de Lorena tratando el caso de los mulos de El Rocío en Intercids, haga clic aquí.